sábado, 14 de junio de 2014

OCUPAR EL MUNDIAL:Una carta a Dilma Rousseff, presidente de Brasil

Estimada Dilma Rousseff, presidente de Brasil. Otro día, mirando su discurso precopa enYoutube, tuve algunos curiosos recuerdos sobre usted. Incluso algunas memorias que no he vivido, pero que son conocidas públicamente. Me acordé de cuando usted enfrentó a la dictadura militar brasileña, participando inclusive en la guerrilla revolucionaria y perseguida por los militares como terrorista; me acordé de como usted era crítica sobre los monopolios mediáticos y defendía una visión política libertaria. También recordé cuando su compañero Lula asumió la presidencia de Brasil por el PT. Todo el entusiasmo que tomó cuenta de libertarios y progresistas brasileños y latinoamericanos. Todos tomados por La ilusión de que allá empezaba un proyecto honesto y verdadero de combate a las injusticias sociales latinoamericanas.
Fotografía que muestran el pasado "guerrillero" de Dilma siendo condenada por la dictadura militar
Y entonces el tiempo pasaba, y los sueños de un Brasil más justo se apagaban de a poco. Hasta hoy, mucha gente no quiere darse cuenta, otros no logran interpretar la coyuntura del país. Pero la ilusión de que el PT es un partido de izquierda y tiene políticas de izquierda fue tumbada ya hace muchos años. Usted, señora presidente, junto a sus funcionarios, asesores y compañeros de partido, son los principales culpables por cegar la visión de quien todavía cree en el PT y su proyecto de gobierno. No hay duda que, en el papel de políticos neoliberales, ustedes han hecho un muy bueno trabajo: estudian cada número, cada estadística, cada cifra, para desinformar al pueblo y agradar a la mayoría de los votantes brasileños.

En su discurso, señora presidente, usted se equivocó y se olvidó de algunas cosas. Tal vez puede que en su visión, sean solamente pequeños detalles. Sepa que, para nosotros - personas comunes de todo el mundo - son factores muy importantes en su pronunciamiento precopa.

Usted dijo que esta será la Copa por la Paz, la Copa Contra el Racismo, la Copa de la Inclusión, y la Copa contra la Violencia y el Prejuicio. Dijo también que será la Copa de la Tolerancia, de la Diversidad, del Diálogo y del Entendimiento. Bueno, respeto su voluntad de mentir a su público, usted es una jefa de Estado y es su deber hacerles llegar mentiras. Pero aquí te pasaste, señora presidente. Es imposible que la gente de su país crea que esa es la Copa por la Paz, considerando que Brasil tiene los peores índices de homicidios desde 1980, con 29 muertos para cada 100 mil habitantes; Es imposible que la gente de su país crea que esa es la Copa de la Inclusión, mientras el boleto de un partido vale hasta R$1980 en un país donde el sueldo mínimo es de R$724 mensuales; Es imposible que la gente de su país crea que esa sea la Copa contra el racismo, mientras la población negra es exterminada en las favelas de todo el país y mientras la población indígena es ignorada con sus tierras quitadas en nombre del falso desarrollo neoliberal y de falsas demandas energéticas; Es imposible que la gente de su país crea que esta es la Copa contra la violencia. Usted debería tener vergüenza de decir este tipo de cosa mientras agentes del ejercito ocupan favelas y Rio es escenario de una verdadera guerra civil, que desafortunadamente no llegará a la vista de los extranjeros visitantes del mundial; Aún más difícil sería hacer que su pueblo creyera que esta sería la Copa de la diversidad. Cualquiera que haya visto la apertura del mundial puede confirmar el hecho de que más de 99% de las personas presentes en el estadio eran blancas - eso incluyendo los cantantes y bailarines que participaron del espectáculo así como los aficionados que allá estaban. Me impresioné en ver que hasta mismo los capoeiristas eran blancos. ¿Qué brutal coincidencia, no?
Proyección en un edifício de São Paulo con comparaciones entre valor de boletos y sueldo mínimo
En su discurso fue dicho que usted quiere que los brasileños tengan una visión correcta de todo lo que pasó. Usted dice que los gastos fueron pocos, haciendo una buena maniobra con los números, comparando los gastos del mundial con los gastos de educación y salud de todo el país, diciendo que estos fueron 212 veces mayores que los gastos en los estadios. Decir eso es deshonestidad con su pueblo, señora presidente. Es lógico que comparar los gastos (declarados) en estadios tiene que ser centenas de veces menos que los gastos en salud y educación, si no fuera así la salud y la educación simplemente no funcionarían (así como ya no funcionan en Brasil). No funcionaría literalmente. Por otro lado, usted ignoró el hecho de que este fue el mundial más caro de la historia y que los gastos finales fueron el doble del presupuesto original.
Enseguida usted viene con el chiste de que tenemos que mirar los dos lados de la moneda. Dice usted que, la Copa no es solamente gastos, que es una inversión que traerá a Brasil negocios, empleos y billones de reales en la economía. Bueno, hasta aquí veo solamente un lado de la moneda, señora presidente. Dinero invertido por todos para retornar en más dinero a quien ya tiene mucho dinero. Tal vez su discurso tuviera más sentido si el otro lado de la moneda a lo cual usted se refiere fuera todo el costo social que trajo el mundial. Ocupaciones militares en las favelas, tierras indígenas invadidas, manifestaciones populares brutalmente reprimidas y censuradas e incontables muertos en el genocidio contra la población negra y pobre de Brasil. Todo esto en nombre de la buena imagen brasileña al público internacional, como si usted simplemente prefiriera barrer la suciedad para abajo de la alfombra en lugar de asumirla y tratar de limpiarla de manera digna.

Cuando usted cita que Brasil tiene una dictadura militar reciente y que hoy vive una democracia donde hay total libertad de expresión y manifestación, difícilmente puedo contener mi risa, señora presidente. No hace falta hablar de la historia reciente de represión policial en Brasil - desde junio de 2013 hasta la semana pasada con la huelga de los funcionarios de metro en São Paulo y las brutales imágenes que se difundieron por el mundo. No hace falta mencionar la campaña de la Amnistía Internacional que intenta frenar o amenizar la violencia policial en las protestas brasileñas. No hace falta ningún ejemplo porque su bonito discurso se fue a la mierda menos de 48 horas después, mientras se daba la apertura del mundial en São Paulo, Rio de Janeiro y varias otras capitales. En apenas 1 día, las protestas en la Copa ya han dejado centenas de heridos y detenidos. En São Paulo fueron 37 heridos y 47 detenidos. Vale decir también que a un día del inicio del mundial, órdenes de prisión y aprehensión fueron cumplidas por la policía en contra de activistas y participantes activos de movimientos sociales, con la finalidad de asustar y cohibir las protestas durante el torneo. Discúlpeme el término, señora presidente, pero estas son características claras de una dictadura. Me admira su potencial para la demagogia e hipocresía.



Por último, hay que decirle que sabemos que usted no tiene responsabilidad directa sobre todas las injusticias sociales brasileñas; que no tiene responsabilidad directa tampoco sobre la represión violenta ejercida por las policías militares, ya que estas son de responsabilidad de los gobiernos estaduales. Muy bien, señora presidente, sabemos de esta situación, pero sabemos también que usted es la persona más importante y más poderosa de su país y que tiene la obligación de pronunciarse públicamente sobre toda y cualquier injusticia ejercida de manera sistémica en el país cuyo cual usted gobierna.

Tenemos que ocupar el mundial con nuestra voz, nuestros problemas y nuestros sueños. Tenemos medios autónomos, tenemos mucha gente inocente siendo muerta, y tenemos el sueño de un mundo más justo.

Hasta hoy, la más grande campeona de todos los mundiales fue la FIFA. En 2014 la historia va a ser distinta.

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